Efectos de la pandemia en nuestra salud mental y posibles soluciones

Un artículo de

Dr. Miguel Álvarez de Mon

Psiquiatra Clínico en el Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid
Efectos de la pandemia en nuestra salud mental

Después de casi dos años de pandemia, la COVID-19 ha causado problemas psiquiátricos y psicológicos, tanto en los pacientes como en los profesionales sanitarios que les atendían. Los estudios realizados en los momentos pico de la pandemia, demuestran que tanto médicos como enfermeras han visto deteriorada su salud mental. La prevalencia de síntomas psiquiátricos, de intensidad al menos moderada, observada en los profesionales sanitarios de hospitales y centros de atención primaria así lo demuestra:

  • Hasta un 20% ha sufrido síntomas moderados o severos de ansiedad.
  • Entre un 15-25% síntomas depresivos.
  • Un 8% insomnio.
  • Hasta un 35% síntomas de estrés postraumático.


Algunos trabajos, realizados en la primera ola, señalan que hasta un 40% de los trabajadores que atendían pacientes en primera línea necesitaron apoyo psicológico. Más allá de los estudios, lo que observamos en consulta es que el miedo, la soledad o la desesperanza iniciales han dado paso al hastío y la frustración, causadas por una pandemia que parece no tener fin.

El factor de riesgo más consistente en todos los estudios fue un mayor contacto con los pacientes afectados. Por este motivo es lógico encontrar, tanto en los estudios como en la práctica clínica, una mayor prevalencia de síntomas en aquellos profesionales que por su puesto de trabajo han estado más expuestos a estos pacientes. Fue aún más notorio en las primeras fases de la pandemia, en las que los pacientes estaban aislados, siendo los profesionales sanitarios su única vía de desahogo. Es normal, y hasta bueno puesto que denota una sensibilidad necesaria para el adecuado desempeño de nuestra profesión, que ver sufrir a los pacientes que atiendes te afecte, y más si están solos, sin el calor de sus familiares. Otros predictores de desarrollar síntomas psiquiátricos son un historial previo de enfermedad psiquiátrica o enfermedad médica general, pasar un tiempo prolongado de cuarentena, la percepción de falta de apoyo o la sensación de aislamiento. Conviene recordar que al principio de la pandemia muchos profesionales optaron por alejarse de sus familiares y amigos para evitar contagiarles. Entre los factores protectores destaca el apoyo de familiares, amigos y compañeros, un clima de trabajo adecuado y disfrutar del tiempo libre.

Lecciones aprendidas durante la pandemia

Una de las cosas que nos ha enseñado la pandemia es que los profesionales sanitarios
también necesitamos compartir nuestras emociones, desahogarnos y recibir apoyo
psicológico. Al igual que ventilamos todos los días nuestra casa, para evitar que huela a cerrado y favorecer una buena oxigenación entre otros motivos, es bueno que los
profesionales sanitarios nos acostumbremos a compartir nuestras emociones, tanto las buenas como las malas, sin sentirnos débiles por ello. Podríamos decir que en una mente sin ventilar, acaba faltando el oxígeno. En algún momento de la pandemia todos hemos tenido que enfrentarnos a la pérdida, el fracaso, la frustración o el hastío. Lo cual se suele acompañar de dolor, tristeza, ira, miedo o angustia. Para nuestra salud mental es importante sacar las emociones y los sentimientos que llevamos dentro, y que nos dañan. Ahora bien, no es fácil expresar lo que sentimos si no tenemos costumbre de hacerlo. Una técnica que suele facilitar esta expresión es la escritura o la verbalización, es decir, poner palabras (por escrito o hablado a través de una conversación) a nuestros sentimientos. Además de suponer un gran alivio, nos ayuda a entendernos mejor a nosotros mismos.

Las emociones siempre encontrarán la forma de expresarse

Es preciso recordar que las emociones siempre encontrarán la forma de manifestarse,
pero si no encontramos la manera adecuada de hacerlo lo harán a través del cuerpo, en forma de somatizaciones molestas. Cuántas veces detrás de un dolor de cabeza, unas molestias gastrointestinales o una opresión torácica lo que hay es un malestar psíquico que no sabemos gestionar o que nos desborda. Aprender a expresar nuestras emociones nos puede ayudar a:

  • Sentirnos más aliviados: como quien se quita un peso de encima.
  • Encontrar las soluciones a nuestros problemas: puesto que al contárselo a
    personas de nuestra confianza recibimos una visión distinta a la nuestra, que nos
    puede enriquecer y nos permite crear lazos de confianza con los demás;
    aportándonos una sensación de acompañamiento que es tremendamente
    beneficiosa.


Curiosamente, las personas que se atreven a mostrarse vulnerables son, realmente, las
que se sienten más seguras de sí mismas.

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