¿Y si ya estaba entre nosotros?

Una Historia deAnónimo

Y ya estaba entre nosotros

Si mi mente no me falla, era la segunda semana de febrero de 2020. Ya han pasado más de dos años desde entonces, y en aquel momento no podía imaginarme lo que íbamos a pasar. Era, y sigo siendo, enfermera en la primera planta de hospitalizaciones y recuerdo esos días como un torbellino de emociones. Mis compañeros y yo hacíamos seguimiento de la evolución del virus cada mañana en los medios científicos referentes y veíamos lejos que pudiera llegar tan rápido a España. Sin embargo, hoy pienso que muy probablemente ya estaba entre nosotros, mirando desde la sombra. Esos primeros días de febrero recuerdo que en planta teníamos a pacientes que habían sido hospitalizados por causas muy diferentes, jóvenes, adultos y ancianos convivían con sus propias luchas internas.

Un día subieron a una joven de 24 años a la habitación 112. Comenzó con lo que aparentemente fue una gripe a mediados de enero de 2020. Fue en varias ocasiones a urgencias por dificultad respiratoria, agotamiento físico, pérdida de gusto y olfato y migrañas muy fuertes. Pero unos días después, llegó a urgencias en ambulancia, tras haber sufrido de forma repentina dos graves crisis de epilepsia, enfermedad que no le habían diagnosticado previamente. En ese momento, desconocíamos el alcance de esta enfermedad y sus posibles efectos futuros en la salud.

¿Y si se trató de uno de los primeros casos? Recordando esos momentos con mis compañeros de profesión, no podemos evitar los escalofríos pensando que, tal vez, muchas otras personas que estaban en planta podían estar contagiados y no teníamos protocolos de seguridad…

Aquella joven paciente finalmente salió airosa, le pudimos dar el alta con el paso de los días. Todavía, a día de hoy, me acuerdo de ella, como de otros cientos de infectados que pasaron por nuestro hospital. Me encantaría saber de ellos, si se llegaron a recuperar al 100% sin secuelas ni consecuencias derivadas de este maldito bicho que en mala hora vino a visitar a la humanidad. La epilepsia surgió de la sombra, despertó de su letargo en aquel organismo y nunca sabremos si el despertador fue la COVID-19, o si otra circunstancia habría provocado su aparición en algún momento posterior.

Hay tantos enigmas sobre este virus, cierto es que sabemos mucho más que cuando la pandemia comenzó. Pero todavía hay muchos interrogantes que hemos sido incapaces de desvelar.

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