La mayor aventura de mi vida

Una Historia deAnónimo

La mayor aventura de mi vida

Hace ya 6 años que formo parte del equipo de Ginecología y Obstetricia. Antes de empezar la carrera ya tenía claro en qué quería especializarme. Desde el principio quería formar parte de esos primeros momentos en los que una madre se encuentra con el pequeño o pequeña que ha llevado dentro durante tantos meses. Ese preciso instante en el que con una mirada podemos ver el mayor vínculo que se puede forjar en la vida. Es realmente increíble poder compartir esa experiencia con mis pacientes. Desde el primer minuto, toman consciencia del gran cambio que va a dar su vida, hasta el momento en que ven por primera vez su mejor creación.

Con cada una de las familias que llegan a consulta se crea una relación única, nos convertimos en sus más fieles guías y confidentes, toman nuestros consejos como la mayor dosis de sabiduría a la que pueden acogerse. Porque son muchos los que se enfrentan a esta aventura por primera vez. Es en ellos donde se puede apreciar claramente la tormenta de emociones y sentimientos que recorren sus cuerpos tantos meses. Mientras, van viendo como ese pequeño “garbancito” poco a poco se va convirtiendo en una personita, que se convertirá en lo más importante de sus vidas. Muchos de estos pacientes se han convertido en amigos. Tiempo después, seguimos reviviendo todos estos momentos en la terraza de un bar con grandes risas y miradas de cariño.

Igual que para ellos ha sido la mayor aventura de sus vidas, yo también viví la mía, aunque de forma diferente. Mi hermana se llama Lucía, y es la mayor, sí, tengo que decirlo. Aunque sólo haya una diferencia de edad de 5 minutos. Lucía y yo siempre hemos estado muy unidas, además de ser mi única hermana, también ha sido y será mi mejor amiga. Es la persona con la que más he llorado, reído, salido de fiesta y charlado hasta altas horas de la madrugada. Y el 7 de abril de 2022 hizo que viviera la mayor aventura de mi vida. Ese día, a las 5 de la tarde pude ser la primera persona que conoció a Pablo. Para mí, el bebé más bonito del mundo, con ese color rosado y remolino, que claramente identificaba en el flequillo de mi hermana también. Qué momento más increíble. Ver a mi hermana haciendo el mayor esfuerzo de su vida por lograr que Pablo estuviera entre nosotros. No puedo describir lo que sentí, la pasión por mi profesión se multiplicó por mil en ese momento, sentí como una onda eléctrica recorría mi cuerpo. Mi hermana también la sintió. De alguna manera, estábamos conectadas y se convirtió en el momento más especial que hemos vivido juntas.

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